miércoles, 12 de octubre de 2011

"No estoy loco, simplemente... bien, soy moralmente diferente, eso es todo."
Acheron Hades (El caso Jane Eyre, Jasper Fforde)

jueves, 6 de octubre de 2011

foto de carnet

Supongo que es algo que a todo el mundo le ha pasado alguna vez: un día alguien cercano te dice que ha visto, o se ha cruzado, o ha conocido a alguien igualito que tú. Luego, en algún momento del futuro, serás tú quien se encuentre a esa persona, o bien os presentarán, o alguien te enseñará una foto. Y tal vez se deba tu orgullo herido, o a tu subconsciente que decide cegarte, o simplemente al hecho de que, bueno, tienes tu cara más vista que los demás y aprecias diferencias donde el resto de la gente no, pero el caso es que tu reacción será: "¿yo a ése? ¡una mierda!"

Pues el otro día me pasó justo al revés. Era el día que estrenaba mi flamante bono anual de Valenbisi, lo que significa que era la primera vez que montaba en bici desde hace… no sé, ¿diez? ¿quince años? Por lo menos. En esas circunstancias, mientras pedaleaba hacia la estación de tren, todo a mi alrededor parecía raro, nuevo y diferente: llámalo nervios, llámalo cansancio de recorrer cinco kilómetros en bici a las siete de la mañana, llámalo emoción por haber sobrevivido. Llámalo como quieras, pero el caso es que eso agravó todavía más la sensación tan extraña que tuve en el momento en que, al entrar en la estación y disponerme a comprar el billete, vi mi propia foto en el cristal de la taquilla, una foto de carnet mía al lado de un bonobús y otra tarjeta, como si a alguien se le hubieran caído del bolsillo y estuvieran esperando con paciencia el regreso de su dueño. Durante unos instantes, traté de imaginar todas las maneras posibles en que una foto mía podría haber llegado hasta ahí. Y, todo sea dicho, me imaginé maneras muy chungas.

Lo realmente jodido es que tuve que acercarme hasta casi darme contra el cristal y mirar la foto durante varios segundos más para darme cuenta de que, evidentemente, el de la foto no era yo. Y por mi parte sigo pensando que éramos igualitos, pero estoy seguro de que, sea quien sea, si al tipo de la foto le hubieran dicho que se parece a mí, hubiera respondido: "¿yo a ése? ¡una mierda!"