miércoles, 8 de febrero de 2012

catorce

Han pasado catorce semanas desde que aparecí por aquí por última vez, y lo último que dije fue:

“Igual muero, quién sabe. Si no se da el caso, seguiré informando”.

No se ha dado el caso, así que aquí estoy. No aquí por mucho tiempo, de todos modos. Tal día como hoy dentro de tres semanas saldré rumbo a Madrid, para llegar veinticuatro horas después a Atenas, donde, si todo marcha según lo previsto, viviré durante los siguientes cuatro meses. A experimentar, si hacemos caso a los medios de comunicación, el colapso del capitalismo en primera fila. Un rollo muy Tyler Durden.

Eso mirando adelante. Mirando atrás, durante estos últimos dos meses y medio he terminado mi estancia en prácticas, he fallado en mi primera participación en el NaNoWriMo, me he enganchado al chai latte, he seguido amando mi Kindle y a Thursday Next, he descubierto a Miguel Noguera, he ido a un concierto de Sr. Chinarro y lo he contado, y he llevado a revelar, con mucho retraso, las fotos que hice en Sitges con la Konica C35 EF que me prestó mi hermano. El resultado está a medio camino entre lo gore, lo retro y lo kitsch… es decir, puro festival de Sitges. Me gusta especialmente la última, un momento mágico, pillado de rebote, muy detrás-de-las-cámaras.